Cuando una cura de desintoxicación es completa, uno se encuentra bien, por lo general, unos pocos días. Se puede beber, se puede tener hambre autentica y experimentar placer comiendo, y el deseo sexual retorna. Todo parece distinto, más nítido. Después, sobreviene una tremenda depresión. Todo es un esfuerzo: Levantarse, vestirse, pararse de una silla, agarrar un tenedor. Uno no quiere hacer nada ni ir a ningún sitio.
martes, 17 de marzo de 2015
Me enviaban al peor sitio del mundo y yo aún no me daba cuenta.
Pasé la avenida y subí por el costado del cementerio, cruce la calle del sanatorio y cuando atravesaba la cochera de mi casa y abría la puerta, tuve la sensación de que regresaba de una larga ausencia, volvía al mismo punto que había dejado.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
Muchas veces es más seguro estar encadenado que ser libre.
-
Ninguno de ellos sabe. Ninguno sabe en realidad. Voy corriendo, ya van cinco kilómetros, y me salen las carcajadas de repente, no las pued...
-
Sólo me queda rehuir, escapar, como si todo fuera a derrumbarse al mismo tiempo. Y es lógico que todo se derrumbe. Sin embargo, lenta, miste...
-
Perderse. Qué atemorizante. Perderse a salvo. Qué maravilloso. No saber dónde estamos, cuando somos niños, es una pesadilla. No saber dón...